Conoce sobre el preahorro

Conoce sobre el preahorro

Ahorro General

El preahorro es un método para ahorrar dinero que intenta ofrecer una alternativa al modo de ahorro tradicional. La mayoría de las personas tienen el hábito de recibir unos ingresos, afrontar una serie de gastos y a final de mes considerar como ahorro la cantidad que ha quedado sin gastar. El preahorro propone justo lo contrario: ahorrar antes de empezar a gastar.

La fórmula es sencilla: cada mes, cuando recibes tu sueldo, el dinero que se deseas ahorrar se manda a otra cuenta diferente. De tal forma, esa cantidad de dinero no está nunca disponible en la cuenta de uso diario y no es necesario hacer un esfuerzo para no gastarlo.

Por ejemplo, si una persona gana $1.500, puede definir con su banco para que transfiera todos los meses $100 a otra cuenta. Así no lo tendrá disponible a la vista y sujeto a la tentación de gastarlo. O lo que es lo mismo, se empieza el mes con los deberes hechos y se acaban las excusas de que los gastos se han comido los ingresos y no hay manera de ahorrar.

 

¿Qué esfuerzo requiere preahorrar?

A las personas nos cuesta un montón proyectarnos y conectar con las necesidades que tendrá nuestro yo futuro, buscamos gratificaciones inmediatas, infravalorando los beneficios futuros. Y ante la elección entre una hipotética ventaja futura y una gratificación inmediata, los seres humanos tendemos a quedarnos con el aquí y el ahora.

Para combatir este ‘sesgo del presente’ y conseguir que el ahorro duela menos, se recomienda precisamente el método del preahorro. Es más fácil comprometerse a algo hoy que es doloroso pero que sucederá mañana que con algo que va a suceder inmediatamente.

Una vez tomada la decisión, el preahorro pasa a ser un gasto fijo más y no queda más remedio que acostumbrarnos al nuevo estatus financiero, adaptando el resto de los gastos y reduciendo aquellos desembolsos que no sean realmente necesarios.

En definitiva, como el dinero no llega al bolsillo, quienes siguen esta tendencia no tienen que hacer ningún esfuerzo para ahorrarlo. Simplemente, se han acostumbrado a un nivel de vida un poco más bajo que el que les permitirían sus ingresos.

 

¿De cuánto puede ser el preahorro?

No hay una respuesta única. Cada caso es un mundo y una persona podrá preahorrar solo $50 al mes y otra se sentirá cómoda con $300. En cualquier caso, siempre es recomendable hacer previamente un pequeño examen a nuestras finanzas personales para hacer una estimación inicial de nuestra capacidad real de ahorro.

Lo primero es calcular bien los ingresos fijos de que se dispone, teniendo en cuenta que muchas veces no solo se recibe un salario mensual, sino que una persona puede tener otras entradas de dinero como pueden ser un alquiler, la rentabilidad de productos financieros o, por ejemplo, algún tipo de comisión o derechos de autor. Todo suma.

Luego toca la parte más importante: reflexionar sobre las necesidades que tenemos o, mejor dicho, que creemos que tenemos y revisar si todos los gastos fijos periódicos son realmente imprescindibles. A eso hay que sumar un fondo para imprevistos y otro para gustos y ya es posible tener una idea clara de cuál es la situación financiera y la capacidad para preahorrar.

Lo cierto es que el preahorro dependerá de las circunstancias de cada persona o familia y sus metas. Estos pueden ser a corto plazo para, por ejemplo, comprar un auto sin recurrir a un préstamo financiero, disfrutar de un gran viaje o afrontar la entrada de una vivienda. Pero generalmente uno asume el hábito de preahorrar con visión de largo plazo, para gozar de una buena salud financiera en el futuro, ya sea para complementar la pensión de jubilación o, incluso, para alcanzar la llamada libertad financiera.

 

Fuente: BBVA

Formas de dar el mejor uso a tus ahorros extra

Formas de dar el mejor uso a tus ahorros extra

Ahorro General

Si has conseguido acumular una cantidad importante de dinero en tus ahorros en efectivo, ¡felicitaciones! Pero si tus ahorros van más allá de lo que necesitas para tu fondo de emergencia, es posible que quieras dar un paso atrás y preguntarte: ¿Existe una forma mejor de poner mi dinero al servicio de mis metas financieras?

Aunque no hay nada como la seguridad y la tranquilidad de saber que tienes suficiente dinero en efectivo para hacer frente a cualquier sorpresa que te depare la vida, reservar demasiado dinero en efectivo no siempre es una buena estrategia.

El hecho de que acumules tus ahorros en efectivo no significa que esté evitando todos los riesgos. De hecho, tienes que pensar muy seriamente en los riesgos de la inflación, así como en los rendimientos a los que estás renunciando por no poner tu dinero a rendir.

Hoy en día, el dinero depositado en una cuenta de ahorro estándar no gana casi nada en forma de intereses: sólo una media del 1% anual. Eso no es ni de lejos suficiente para igualar la tasa de inflación histórica. Esto significa que cada año que dejas tu dinero en una cuenta de ahorro, estás perdiendo poder adquisitivo.

Se recomienda que, una vez que hayas reservado suficiente dinero para sentirte cómodamente cubierto en caso de emergencia, empieces a dar otro uso a los fondos sobrantes.

 

¿Cuánto es suficiente para ahorrar?

Aunque la situación financiera de cada uno es diferente, la mayoría de las personas deberían tener reservado en un fondo de emergencia al menos tres a seis meses de gastos. Esto debería ser suficiente para que la mayoría de las personas puedan hacer frente a la mayoría de los gastos imprevistos o a un período de desempleo importante. Para algunas personas, la cifra mágica puede acercarse más a los nueve meses de gastos, o incluso a los doce (en el caso de los independientes o los que trabajan en un sector inestable). Más allá de eso, simplemente hay mejores formas de asignar tus fondos que mantenerlos en una cuenta de ahorro.

 

Opciones para personas con aversión al riesgo

Cuando empieces a buscar formas de poner su dinero a trabajar, descubrirás que la inversión es una forma estupenda de acumular riqueza a lo largo del tiempo, siempre que te sientas cómodo con un cierto nivel de riesgo. Si eres reacio al riesgo, pero quieres poner tu dinero a rendir, te ofrecemos las siguientes opciones:

 

  1. Pagar las deudas de alto interés

Cuando pagas una deuda antes de lo previsto, reduces o eliminas la cantidad total de intereses que debes pagar durante la vida del préstamo. En otras palabras, puedes pensar en este ahorro de intereses como una forma de rentabilidad instantánea y sin riesgo.

Si tienes deudas -en particular, las de alto interés, como las tarjetas de crédito o los préstamos de consumo-, utilizar parte de tus ahorros para pagarlas puede ser una excelente forma de poner tu dinero a trabajar.

  1. Considera la posibilidad de añadir un seguro de vida y ahorro a tu plan financiero

Un seguro de vida y ahorro es una herramienta útil para proteger tu futuro y asegurar tu jubilación.

Afrontar la realidad a la muerte o de no tener un futuro asegurado genera preocupación e incertidumbre en muchas personas, y la verdad es que son hechos que no vas a poder cambiar si llegan a ocurrir. Sin duda serán momentos muy difíciles para una familia, pero que también son situaciones que impactan en el nivel de ingresos de tus seres queridos.

Contratar un seguro de vida y ahorro te permitirá cubrir de manera anticipada estos gastos y evitar así que tu familia incurra en deudas inesperadas.

Entonces, un seguro de vida ahorro no es más que la combinación entre un seguro de vida con cobertura por fallecimiento y/o accidentes y un plan de ahorro mensual. Además de ser un producto asegurador permite acumular capital mes a mes, de manera programada y con interés compuesto como complemento a una jubilación o para contar con más protección en caso de fallecimiento/accidente.

  1. No descartes las oportunidades de inversión existentes en el país

Una cartera de inversiones bien diversificada que esté en consonancia con tu tolerancia al riesgo y tu horizonte de inversión personales – puede ayudarte a hacer crecer su dinero sin asumir un riesgo excesivo. En el país, empresas administradoras de fondos y fideicomisos pueden asesorarte sobre el producto que cubra tus necesidades de riesgo y rendimiento, atado a tus metas financieras de corto, mediano y largo plazo.

Sea cual sea tu tolerancia al riesgo, casi siempre hay una opción que puede ayudarte a aumentar tu rendimiento en comparación con los ahorros en efectivo. Un asesor financiero experto puede ayudarte a entender tus opciones y a diseñar un plan que satisfaga tus necesidades.

Lecciones de Ahorro y consumo responsable para niños y niñas

Lecciones de Ahorro y consumo responsable para niños y niñas

Ahorro General

Desde que nos levantamos tomamos un montón de decisiones basadas en nuestra forma de consumir: llevarnos la comida de casa al trabajo o comer fuera, ir en taxi o en bus. Vivimos en una sociedad de consumo y por eso es muy importante que los niños aprendan a consumir con responsabilidad.

Cuando hablamos de consumo responsable, por un lado nos referimos a un consumo respetuoso con el medio ambiente y por otro a evitar el consumismo. Como padres, tenemos la labor educar a nuestros hijos en el consumo responsable y enseñarles a consumir de acuerdo con sus necesidades reales.

Son muchos los niños y niñas que están acostumbrados a armar berrinches para conseguir que les compren todo aquello que quieren, y nosotros a comprarles con el ánimo de suplir, en muchas ocasiones, el rato que no estamos con ellos.

 

¿Qué podemos hacer los padres para enseñarles a ser unos consumidores más responsables?

Educar a nuestros hijos para que sean consumidores responsables, es fundamental para su futuro. Estas son algunas ideas para enseñarles a ser consumidores responsables:

  • Predica con el ejemplo.

Podemos utilizar las situaciones de la vida diaria y con nuestros actos, dar ejemplo de que nosotros somos consumidores responsables:

Si aún no lo haces, comienza a reciclar, enséñales que las cosas se pueden arreglar en lugar de botarlas. Y si, definitivamente no las quieren, enséñales a ser solidarios, seguro que alguien podrá darles un segundo uso a eso que ya no necesitamos.

  • Compra en mercados tradicionales y tiendas de barrio.

Intenta llevar tus propias bolsas, que además de ayudar al medioambiente, te hará ahorrar algo de dinero

  • Compra solo lo necesario.

Hay mucha gente que compra comida de más y finalmente mucha acaba en el basurero. Te ayudará en esta tarea hacer un menú semanal, utilizar una lista de la compra, revisar tu despensa y refrigeradora para comprar solo los ingredientes que necesites y gastar antes los que estén próximos a caducar. Con esta acción conseguirás un extra de ahorro.

Un menú semanal también te ayuda a instaurar hábitos de comida más saludables, al ver plasmado en un papel qué vamos a comer durante la semana. Seguro que intentarás comer de forma más sana y evitar el consumo en exceso de golosinas.

  • Enséñales a ahorrar luz, agua, ser respetuosos con el medioambiente.
  • Háblales con claridad de la situación económica familiar.

Haz partícipes a tus hijos de la economía familiar y de la importancia de tener unas finanzas sanas.

No pienses que son pequeños. Los niños cada vez se convierten antes en consumidores, por lo que debes comenzar pronto a enseñarles cómo hacer un uso correcto del dinero: que siempre hay que gastar menos de lo que ganamos, mostrarles cómo nos organizamos con el dinero, cómo cancelamos nuestras deudas, cómo comparamos precios al hacer la compra.

  • Dales una mesada y enséñales a administrarla.

Que entiendan que si lo gastan todo, no podrán comprar nada hasta la próxima paga. Si quieren comprar algo que supere su paga, puedes calcular con ellos las semanas que tardarían en ahorrarlo. Así aprenderán y serán conscientes de lo que cuesta ganar y ahorrar el dinero. También podemos enseñarles el concepto del ahorro y regalarles una alcancía o mejor hacer una con ellos, hay numerosos tutoriales en internet.

  • Aprende a poner límites a tus hijos y a decir NO cuando sea necesario.

Hay niños que son muy caprichosos y especialistas en hacer chantajes o armar berrinches para conseguir lo que quieren. Déjales claro que esa no es la manera, y que hay que ver si realmente es algo que necesitan o solo un capricho. Que aprendan qué y en qué es razonable gastar y en qué no. Y si, en algún momento, no podemos permitirnos unas vacaciones, o compararles unas zapatillas de alguna marca especial, debemos poder decirlo libremente a nuestros hijos.

Se realista y coherente con lo que te puedes permitir y lo que no. Vivir por encima de nuestras posibilidades “puede” mantenerse durante un tiempo. Si lo convertimos en nuestro modo de vida, las consecuencias pueden ser desastrosas.

  • Lista de deseos.

Acostumbra a tus hijos a que no se conformen con lo primero que vean. Diles que apunten en una lista aquello que quieren y durante una semana deben investigar donde puede conseguirse, comparar precios, característica. Lo que pretendemos es que aprendan a buscar información, compararla y elegir. En muchas ocasiones, pasada una semana, habrán cambiado algunos de esos juguetes por otros o ya no les interesarán tanto.

  • La publicidad no es tan real.

Vivimos en una sociedad de consumo que nos anima a comprar continuamente y en la que casi todo se puede comprar dando un clic. La tecnología está cada vez más presente en las casas, y los niños por medio de la tele, tablet, celular. Acceden a mucha publicidad que está orientada a ellos. Vivimos en la era de la inmediatez y les cuesta aceptar un “no” por respuesta.

Enséñale que la publicidad no es tan real, qué mensajes esconden. Lo que hacen los fabricantes para vender más. Preguntarle si eso realmente lo quiere o es que se lo ha visto a su youtuber o cantante favorito. Si realmente quiere ese chocolate o lo que quiere es el juguete que has visto anunciado que regalan.

  • ¿Por qué no regalar experiencias?

Este año puedes decirles a tus hijos que en su carta a Papá Noel no pidan solo juguetes e incluyan alguna experiencia. Quizás de mayores no recuerden qué juguetes les han traído cada año o les han regalado por su cumpleaños, pero si recordarán esa visita al parque, o al estadio de futbol a ver a su equipo favorito.

  • Fomenta su creatividad, e incentiva su imaginación.

Cuando éramos niños no había tanta publicidad como hay ahora, ni tantos juguetes. Así que teníamos que inventarlos, usando cajas de cartón, pinzas de la ropa. En internet encontrarás un montón de tutoriales para que despierten su imaginación, aprendan a reciclar y puedan hacer sus propios juguetes.

 

Conclusiones

En definitiva, lo principal es dar ejemplo, si no queremos que nuestros hijos sean consumistas nosotros debemos dejar de serlo. Los niños nos observan constantemente e imitan nuestro comportamiento. Si ven que tú realizas compras innecesarias o no somos respetuosos con el medioambiente, ellos también lo harán.

 

Fuente: http://www.finanzascasa.com/ahorro-y-consumo-responsable/#:~:text=Cuando%20hablamos%20de%20consumo%20responsable,acuerdo%20a%20sus%20necesidades%20reales.

Las mujeres sabemos que el micro ahorro es el camino

Las mujeres sabemos que el micro ahorro es el camino

Ahorro General

Autora: Lourdes Hernández

 

Desde antes que exista el dinero, las mujeres sabían ahorrar. Extender la vida útil de las cosas, conservar alimentos, mantener un cerdito o una vaca para momentos de necesidad, eran acciones propias de las mujeres.

Tiempo después, la alcancía -cajitas, sobres, escondites- para guardar dinero se suma al ahorro, que da independencia a las mujeres de sus esposos.

Cajas comunitarias, banca comunal, cooperativas, formalizan ese micro ahorro familiar. La madre lo aplica para sus hijos y marido, antes que para ella.

Con voluntad y creatividad, las mujeres logramos hacer las cosas y sacar adelante la economía del hogar, dice Alejandra Escobar.

Conocedoras de estas cualidades, las instituciones financieras impulsan las microfinanzas -crédito y ahorro- ya que cuando una persona muestra capacidad de ahorro, suma puntos para ser buen sujeto de crédito.

El microcrédito incluye muchas veces un seguro, que cierra el círculo virtuoso de prosperidad familiar.

 

Valeria Arellano propone en su perfil de Instagram el microahorro como un motivador para ahorrar más:

“Si estas planeando ahorrar te recomiendo ponerte metas chicas, medianas y grandes.

“Las chicas te van a hacer sentir que sí puedes y te van a motivar a querer más. Pero no te van a ayudar a construir un patrimonio.

Las grandes sirven para eso.

Si solo tienes metas grandes, probablemente te quedes a mitad del camino, te canses y ya no las cumplas.

Para eso te sirven las metas medianas.

Las medianas te sirven como pasos para irte acercando a las metas grandes.

¿Y si no me alcanza para las tres?

Dedica una cantidad pequeña a cada uno, y que la creatividad funcione.

No solo es cuánto menos debo gastar, sino, cómo incremento mis ingresos.

¡Con esa combinación no vas a tener límites!”

 

Fuente: microfinance.com

Valeria Arellano @afortunadamente

Celebra con las 9Rs el Día Mundial del Ahorro

Celebra con las 9Rs el Día Mundial del Ahorro

Ahorro General

Autora: Lourdes Hernández

¿Te atreves a vivir tu vida ahorrando en todo, no solo en dinero?

Un alto porcentaje de ecuatorianos no aprendió a manejar bien su dinero. Aunque muchos recibieron un chanchito para ahorrar, pocos conservan esa buena costumbre y llegan a fin de mes gastando hasta el último centavo.

Abrir cuentas, dictar charlas, regalar chanchitos o cepos, hacer sorteos, son algunas de las formas para celebrar el Día Mundial de Ahorro.

Nuestra propuesta es cambiar de manera radical la idea de “guardar el dinero”.

Si adoptamos las 9Rs de la economía circular, vamos a ver un cambio importante en las costumbres familiares y en nuestro bolsillo.

Las 9Rs son:

Rediseñar: esto significa medir el impacto ambiental que tiene un producto o servicio antes de ser creado o fabricado. Nos preguntamos: de dónde salieron los materiales para su elaboración, qué recursos necesita, cómo se desecha.

Por ejemplo, un grupo de productores de café crearon una taza de galleta con ingredientes orgánicos y ecológicos. Te tomas el café y te comes la taza. Cero desechos.

Algo menos elaborado es el estropajo de lavar platos hecho de fibra de cabuya que se biodegrada sin dejar rastro.

¿Conoces algún producto que aplique eco-diseño de principio a fin?

Reducir: como consumidor, tú eres el centro de la decisión. Consume menos. Antes de salir de compras pregúntate: ¿lo que voy a comprar lo necesito de verdad? Reducir nuestro consumo nos ayudará a disminuir la cantidad de desperdicios que generamos. Reducir en energía eléctrica, combustible, gas, va a llevar algunas monedas a nuestro fondo de ahorro.

El “rey” de los tips para ahorrar es: parar el consumo. Así de simple. Y eso enseñar a los pequeños.

Reusar: casi todos los ecuatorianos hemos reusado la ropa de nuestros hermanos mayores, lo cual evita adquirir nuevas prendas, ahorra un monto significativo de dinero al año y reduce la cantidad de desechos al ambiente.

En el 2019, el Ecuador generó 12.000 toneladas de residuos cada día. La vajilla reusable reduce en parte esa cantidad de basura. ¿Llevas tus propios cubiertos, tu jarro y tu plato cuando sales a tomar un café? Inténtalo, te sentirás mejor, será más cómodo comer y darás buen ejemplo.

Rechazar: renuncia a cosas no importantes como bolsas plásticas, recibos, empaques innecesarios, sorbetes, globos.

Rechazamos el consumo y aprendemos a hacer las cosas de manera distinta, extendiendo la vida útil de lo que tenemos, disfrutando de la naturaleza y adoptando sistemas regenerativos para mejorarla.

Reflexionar y transmitir: piensa antes de comprar o aceptar algo que no necesitas realmente y que llevarás a tu casa a ocupar más espacio, que luego irá a colapsar el relleno sanitario y a contaminar el aire, suelo y agua. Transmite a tu familia y comunidad la necesidad de parar el consumo, por nuestra propia salud y economía.

Reparar: da mantenimiento a las cosas: electrodomésticos, celulares, computadores, vestimenta, otros. Rechaza el hábito de “comprar, usar y tirar”. Recuerda a nuestros papás y abuelos que llevaban al zapatero los zapatos cuando la suela estaba gastada, y a la costurera la ropa que necesitaba reparación. Son acciones que hacen sentido y que las hemos olvidado.

Refabricar: utiliza un producto o sus partes, con otro propósito. Por ejemplo, el jabón desinfectante, requiere una re-fabricación hacia jabón orgánico, que no dañe el agua.

Para más información averigua cómo se hace el plástico y quienes se benefician de su producción. Forma parte de una cadena que, si es de un solo uso, es negativa de principio a fin.

Recuperar: lo que dañamos hay que componer. Aplica tu misión ambiental en apoyar a sistemas regenerativos que mejoren el entorno natural, por ejemplo, sembrar árboles nativos, recoger basura en la playa, armar tu compostera.

Reciclar: a partir del procesamiento de materiales usados, se pueden crear nuevos productos. Esta R es la menos recomendada pues no soluciona el problema, solo lo atenúa. Si llegaste a reciclar un producto, probablemente fallaste en las 8Rs anteriores.

Fuente: Juan Salazar de marcapatito.org

El consumo responsable en los jóvenes

El consumo responsable en los jóvenes

Ahorro General

Autora: Ana María Velasco

No muy seguido nosotros los jóvenes nos ponemos a analizar lo que estamos comprando. Muchas veces la mayoría de compras que hacemos son rápidas y de la manera más conveniente posible. Somos jóvenes, estamos ocupados con los estudios, muchos también con el trabajo y no siempre tenemos grandes cantidades de dinero para comprar cosas de muy buena calidad. Debemos reconocer que el consumo responsable no es nuestro fuerte.

Detallemos esto con un ejemplo; es el cumpleaños de un amigo en la universidad y le estamos organizando una fiesta. Para esto vamos a hacer una vaca, es decir, vamos a reunir dinero entre todos los amigos que van a la fiesta y vamos a comprar las cosas para la fiesta como un pastel, bebidas y decoraciones. Cuando estemos comprando las cosas de la fiesta es muy probable que compremos lo más barato y que se encuentran en cualquier tienda como vasos de espumaflex, utensilios y platos desechables. También compraremos decoraciones como globos y carteles. Además querremos ahorrar dinero en lo menos necesario como los platos y los vasos para poder tener más presupuesto para otras cosas como las bebidas.

El ejemplo anterior nos debería parecer muy conocido, es algo muy común que haríamos. Lo cual nos demuestra que los jóvenes buscamos lo más fácil, rápido y barato. Al no poner lo que compramos en una balanza, es decir al no analizar otros factores que le dan valor a un producto como el impacto ambiental o su durabilidad, estamos no solo siendo irresponsables con nuestros consumos, pero también perjudicándonos a nosotros mismos.

Muchas veces hemos visto cómo nuestros padres o los adultos a nuestro alrededor se toman su tiempo antes de comprar ciertos productos. Es decir, yo observo que cuando mi mamá va a comprar una licuadora ella se va a tomar su tiempo en ver la calidad de la licuadora, los beneficios que trae, donde la puede comprar, si viene con garantía e indudablemente cuál es el precio. Este análisis de costo beneficio todos lo realizamos, especialmente al comprar cosas de mucho valor como un carro o incluso un celular.

Debemos aplicar este análisis en nuestro día a día. Incluso en la compra de papel higiénico y papas fritas. Encontraremos mejores precios en papel reciclado y en comida menos “chatarra”. Comprar lo más barato y accesible no es la mejor opción.

Cada producto tiene toda una historia atrás, desde los materiales que se usan hasta su método de elaboración. Por eso debemos estar conscientes de que cada compra que hacemos tiene consecuencias. Si estamos siempre prefiriendo las opciones más baratas y de peor calidad estamos promoviendo el uso de materiales que contaminan y crean más basura, incrementando el gasto de agua y otros tipos de energía, apoyando las malas condiciones de trabajo y mucho más. Además, estos tipos de consumo también impactan negativamente en tus finanzas. Invertir en una cosa de buena calidad nos va a evitar que sigamos gastando en el futuro ya que va a durar mucho más tiempo.

Volviendo a la fiesta: decidimos en vez de comprar todas esas cosas (platos, vasos, utensilios) de mala calidad y desechables comprar de una mejor calidad y re utilizarlos en cada cumpleaños y fiesta que hagamos.

Otra cosa que podemos hacer es comprar solamente lo necesario. Podemos poner en cuestión que tan necesario e importante es comprar los muchos globos y carteles con los que vamos a decorar? Puede ser que no sean tan importantes y más bien reducimos gastos que no en verdad no traen mucho valor.

Estos pequeños cambios son los que realmente hacen la diferencia y lo mejor de todo ¡es algo muy fácil de hacer!

Al ser responsables con nuestros consumos no solo vamos a ahorrar dinero sino también ayudar a que productos como estos dejen de existir. ¡Recuerda: lo que tu compras tiene un gran impacto!

Está en nosotros ser responsables de lo que consumimos. ¡Anímate y ponlo en práctica!

Tips de ahorro para el día a día durante tu vida universitaria

Tips de ahorro para el día a día durante tu vida universitaria

Ahorro General

Autora: Ana María Velasco

Los jóvenes siempre hemos escuchado del ahorro y que debemos  ahorrar. Pero, muchas veces, cuando  es hora de hacernos cargo de nuestras finanzas, el ahorro queda en algo que sabemos que debemos hacer y en realidad no lo hacemos. 

Por eso, te comparto unos tips simples y prácticos de ahorro que puedes usar en tu día a día:

  • Crea una cuenta de ahorro con débito automático:

Muchas instituciones financieras tienen cuentas de ahorro con débitos automáticos.. De esta manera cada mes un porcentaje de tus ingresos va hacia tus ahorros sin tener que hacerlo manualmente. Esto te permite no gastar el dinero que va hacia tus ahorros y, además, te ahorra tiempo y esfuerzo que muchas veces son motivos por los cuales no ahorramos.

  • Registra tus gastos:

Otro factor que nos impide ahorrar es  que no administramos bien nuestros gastos. Una práctica muy útil es registrar todo lo que gastamos cada mes. Esto nos ayuda a ver y entender a dónde se está yendo nuestro dinero. Cuando registramos nuestros gastos podemos darnos cuenta de los gastos que podemos recortar y destinar este dinero al ahorro.

  • Ponte metas:

Por más pequeñas que sean, las metas hacen una diferencia. Cuando te pones una meta, tienes un incentivo para cumplirla. De esta manera, si te propones una meta de ahorro simple como ahorrar 5 dólares a la semana, al final del mes tendrás ahorrado 20 dólares y al final de año aproximadamente 260 dólares. Por lo tanto, al ser tan simple, este método es perfecto para crear un hábito de ahorro. 

  • Guarda tus monedas:

Cuando recibimos cambio en forma de monedas muchas veces las dejamos ignoradas u olvidadas. Las dejamos en los bolsillos, las regamos en un bolso, etc. Al hacer esto, no tomamos en cuenta que las monedas tienen valor. Puede ser que 25 centavos no me sirvan para tanto, tal vez para comprar una golosina. Pero al juntar 4 de esas monedas ya tengo 1 dólar y con esto puedo comprar el pan para el desayuno. Un hábito práctico es tener un lugar seguro para depositar nuestras monedas. De esta manera, podemos recolectar una mayor cantidad y así aprovechar su valor y usarlas de una manera más útil.

Buenos hábitos de ahorro para los niños durante las vacaciones

Buenos hábitos de ahorro para los niños durante las vacaciones

Ahorro General

Las vacaciones son un buen momento para plantear metas de ahorro e identificar acciones para controlar cualquier posible gasto extra que podamos tener en la familia, como los caprichos que queramos comprar en un viaje o el campamento de verano que queremos para nuestros hijos. En este proceso es importante que ayudemos a los más pequeños a fomentar pequeños hábitos de ahorro.

La educación financiera debe darse desde las edades más tempranas. Si le explicas a tus hijos de dónde vienen los ingresos o los gastos de la casa y les asignas un pago semanal empezarán a entender cómo ahorrar, aunque tenga distintos costos hormiga como los snacks del recreo o algún juguete de moda.

Te indicamos qué puedes hacer para que los niños aprendan trucos de ahorro durante las vacaciones. Puede que no estén en la escuela e incurran en menos gastos, pero si empiezas a darles lecciones ahora, verás cómo se convierten en adultos capaces de pagar sus gastos fijos del agua o de la luz cuando comiencen a trabajar en el futuro.

 

  • Enséñales a hacer una lista de compras. Los niños son compradores impulsivos, pero muchas veces no entienden el gasto detrás de sus decisiones. Pídeles cada mes que hagan una lista en la que anoten todo lo que quieran y revísala con ellos para que aprendan a diferenciar aquello que desean, pero no necesitan. Esto les ayudará a identificar aquello que realmente quieran ahorrar durante el verano.

 

  • Ponles un presupuesto recurrente. Si vas a darles una paga, es mejor que se la des en efectivo para que puedan valorar lo que cuesta el dinero. En vez de darle billetes de $5 cada semana, dales un billete de $20 para que entiendan cuánto cuesta ganarlo. Verás cómo lo piensan dos veces antes de comprarse un juguete u otro.

 

  • Llévalos de compras contigo. Llévalos al supermercado o a comprar cosas para las vacaciones, para que aprendan la importancia de comparar los precios y la calidad de los productos antes de comprarlos. Pregúntales por qué comprarían una fruta o una verdura y enséñales trucos de ahorro en la lista de la compra para cuando sean mayores.

 

  • Proponles trucos nuevos de ahorro. Existen muchos métodos de ahorro tradicional que pueden ayudarte a ahorrar en familia, pero cuando se trata de aplicarlo a los niños nada mejor que esta técnica. Dales un recipiente para guardar el dinero según el objetivo de ahorro que tengan: un videojuego nuevo, un juguete o incluso un libro que les guste mucho. Después, ayúdales a entender cuándo una meta es en el corto plazo, cuándo es en el medio plazo y cuándo es en el largo plazo. De esta forma sabrán cómo priorizar sus ingresos y gastos según la meta que deseen conseguir.

 

  • Haz que tomen decisiones financieras. Este consejo es muy importante para inculcar hábitos de ahorro sostenible en sus cabezas, de forma que sepan cómo guardar el dinero, pero también caminen hacia una vida ecológica y responsable. Puedes asignarles un presupuesto en la tienda y darle vía libre para que compre lo que quiera. Eso sí, luego tendrás que hablar con él para racionalizar el proceso y que entienda si ha tomado o no una buena decisión.

 

Es importante que refuerces los comportamientos positivos de tus niños en el ámbito del ahorro, a través de una serie de recompensas que les motiven a continuar portándose bien. Promételes una cena en familia o un pequeño capricho al final del verano, no solo si hacen bien los deberes del colegio, sino también si consiguen respetar sus límites de gasto. Enseguida entenderán tus intenciones y se involucrarán más en las decisiones financieras de la familia.

 

Fuente: https://blog.ruralvia.com/los-ninos-tambien-ahorran-en-vacaciones-ensenales-buenos-habitos-de-ahorro/

Qué enseñar a tus hijos sobre el dinero durante la adolescencia

Qué enseñar a tus hijos sobre el dinero durante la adolescencia

Ahorro General Planificación y Presupuesto

La adolescencia es un buen momento para preparar a tus hijos para empezar a aprender a manejar las finanzas de forma más práctica.

Cinco cosas que debes enseñar a tus hijos sobre el dinero cuando son adolescentes.

  1. Haz que el dinero sea más fácil de entender

A esta edad, los niños ya saben cómo funciona el dinero, pero no necesariamente cuánto cuestan las cosas. Ahora es un buen momento para hacerles ver la luz involucrándoles en el proceso de compra. Cuando llegue la cuenta del restaurante, haz que tu hijo lea la cuenta y saque la propina. En el cine el fin de semana, pídele que calcule cuánto le costaría ir a la matiné en lugar de a la función normal, e imagina en qué podría emplear ese dinero ahorrado. La idea general es ilustrar que las actividades tienen costos y que hay que tomar decisiones importantes sobre estos.

  1. Introduce el presupuesto

Hasta ahora, si le das a tu hijo $20 para que los gaste después del colegio con un amigo, puede pensar en ir al cine o comprarse una hamburguesa. Eso es un presupuesto básico, pero a esta edad están preparados para más, al menos conceptualmente. Aprovecha oportunidades como las compras de la vuelta al colegio, las compras de las vacaciones o la compra de material para el campamento de verano para que elaboren un presupuesto y luego hagan las compras juntos. Rápidamente entenderán el valor de los artículos y aprenderán a priorizar unos deseos sobre otros.

  1. Fomenta la compra y reuso de cosas

La mayoría de los estudiantes de secundaria tienen algo en común: crecen muy rápido. Es bonito y molesto a la vez, ya que eso también significa una alta rotación de zapatos y ropa. También es la edad en la que las marcas empiezan a importar. Las dos cosas se convierten en un reto cuando tu hijo se obsesiona con las zapatillas Nike de edición limitada al mismo tiempo que su talla aumenta a los pocos meses. Sin embargo, existe un mercado de reventa de ropa y calzado poco usado (y un nicho de cultura de reventa realmente valioso). Tu hijo adolescente puede participar fácilmente en la venta de cosas que se le han quedado pequeñas utilizando diversas aplicaciones y grupos locales de Facebook. No solo ayuda a resaltar el costo y el valor de una necesidad básica como la ropa, sino que también les enseña a tratar bien las cosas.

  1. Anímale a empezar a ganar dinero

Cuando los niños eran más pequeños, puede que tuvieran tareas que les ayudaron a ganar dinero. Pero los chicos de secundaria empiezan a querer cosas más importantes y se vuelven más sociales. Déjales participar en la decisión de cómo contribuir y hazles responsables. Empezar un “negocio”, como cuidar niños, cortar el césped o pasear perros, les permite aprender lecciones más importantes sobre planificación, marketing y ganancias. También existen trabajos orientados específicamente a los adolescentes. Pasar por este proceso con tu hijo adolescente definitivamente le enseña sobre el trabajo duro que conlleva ganar un dólar, y es una forma de enseñarle la responsabilidad y la rendición de cuentas que además le ayudará a tener éxito en la escuela secundaria y a futuro.

  1. Enséñale a ahorrar, gastar y donar

Si has estado haciendo el ejercicio de “ahorrar, gastar y donar” en tu casa, ahora es el momento de estar más enfocados, especialmente en lo que se refiere a ahorrar y donar. Lleva a tu hijo al banco y siéntense con un asesor que le explique las diferencias entre tener su dinero en una cuenta de ahorros o en una póliza o fondo de ahorro. Si hay un fondo de educación establecido para ellos, asegúrate de que comprueban cómo rinde. En cuanto a las donaciones, empieza a mirar a organizaciones benéficas no sólo por sus causas, sino por cómo gastan su dinero y definan a quién y cuánto planifican donar.

 

Los adolescentes se encuentran en una encrucijada incómoda: Empiezan a sentirse adultos, pero no siempre quieren reconocer que algo no saben. Aprovecha este momento para darles un ejemplo de buen sentido financiero como hiciste cuando eran más pequeños, pero ahora involúcralos un poco más en el proceso. Se sentirán capacitados para tomar las riendas de su futuro financiero y serán más responsables, lo que supone un beneficio para toda la familia.

Ahorrador vs. Gastador: 5 maneras en que las parejas pueden superar sus diferencias financieras

Ahorrador vs. Gastador: 5 maneras en que las parejas pueden superar sus diferencias financieras

Ahorro General Planificación y Presupuesto

El dinero suele ser una de las mayores fuentes de conflicto en las parejas. Usualmente, uno tiende a ser más precavido con el dinero, mientras que otro es más propenso a derrochar. La mayor parte del tiempo, las parejas se equilibran mutuamente. Pero en los peores momentos, pueden terminar discutiendo o sacándose en cara decisiones financieras que han tomado.

Aunque tú y tu cónyuge hayan discutido sus cuestiones de dinero antes de casarse, es probable que las finanzas sigan siendo un tema emocional. Encontrar el terreno común para tomar decisiones, sobre todo, desde las vacaciones hasta el cuidado de los niños, puede requerir algo de trabajo extra y compromiso. Aquí hay cinco consejos que pueden ayudar a mantener la paz si tienes un gastador y un ahorrador en tu relación.

 

  1. Entiendan lo que el dinero significa para ti y para tu pareja

Todo el mundo aporta algún tipo de bagaje a sus relaciones, especialmente en lo que se refiere al dinero. Por eso, el psicólogo clínico Michael Tobin dice que es importante llegar a la raíz de lo que el dinero significa para ti.

“El dinero tiene múltiples significados para cada uno de nosotros”, dice. “Seguridad, libertad, poder y prestigio, vergüenza y pudor, autoestima, etc.”.

Especialmente si han crecido con antecedentes financieros muy diferentes, tú y tu pareja pueden ser opuestos en cuanto al dinero. Definir lo que significa el dinero para ustedes y compartirlo con el otro puede ayudarles a entender sus respectivos puntos de vista. Con el tiempo, es posible que sus percepciones individuales del dinero empiecen a acercarse.

  1. Cultiven el respeto mutuo

En lugar de centrarse en qué persona tiene el punto de vista “correcto” sobre el dinero, reconozcan que sus diferentes cualidades pueden mejorar su matrimonio. Intenten replantear lo que las palabras “ahorrador” y “gastador” significan para usted de forma positiva.

“Una forma de entender estas diferencias financieras es que una persona está orientada al futuro – el ahorrador – y la otra está orientada al presente – el gastador”, explica Tobin. “Hay aspectos positivos y negativos en cada enfoque”.

Trabajar juntos y apreciar las diferencias de cada uno también puede ayudar a fortalecer su relación.

  1. Compartan sus metas financieras

Hagan un esfuerzo genuino por entender las metas y hábitos financieros del otro. Reserva tus juicios y mantén la mente abierta sobre el punto de vista de tu pareja.

“Una relación tiene éxito cuando las necesidades de tu pareja son al menos tan importantes como las tuyas”, dice Tobin. “En otras palabras, cuando los principios rectores de su relación son el respeto, la comprensión mutua y un poderoso deseo de conocerse, entonces las diferencias pueden resolverse con éxito”.

Esta mentalidad, añade, te permitirá comprender la legitimidad de la posición de tu pareja.

 

  1. Practica escuchar activamente cuando discutan

Las conversaciones sobre el dinero pueden llegar a ser acaloradas. Cuando lo hagan, respira hondo y recuérdate que debes escuchar más que hablar. Tobin recomienda practicar la escucha activa, un ejercicio que puede suavizar las discusiones cargadas de emoción.

“Primero, expones tu posición. En segundo lugar, la otra persona escucha sin interrumpir y replica lo que ha oído”, dice Tobin. “A continuación, se afina el mensaje hasta que quede claro para ambos. Después, tu compañero hace lo mismo contigo”.

Si la conversación no se calma, acuerden hacer una pausa y volver a retomarla cuando ambos se hayan calmado un poco.

  1. Busquen ayuda externa si es necesario

Algunas parejas se encuentran en los extremos del gasto o del ahorro y no pueden hablar de dinero sin que haya conflicto. Por ejemplo, una de las personas puede tener miedo a gastar y, por ello, deja la vida en suspenso. La otra puede recurrir a los gastos impulsivos como liberación emocional, lo que puede llevar a un endeudamiento. Ambas cosas pueden perjudicar la relación. Un terapeuta financiero o de pareja puede aportar una presencia neutral que ayude a resolver sus conflictos y a profundizar en los motivos por los que el dinero sigue siendo un tema de conflicto.

 

Fuente: Northwestern Mutual