Cuando el dinero sale por la puerta, el amor se va por la ventana

Cuando el dinero sale por la puerta, el amor se va por la ventana

Autora: Lourdes Hernández

 

“En las buenas y en las malas” son palabras que se escuchan el día de la boda.

Las buenas son muchas, pero siempre aparecen las malas, entre las que están la falta de dinero y los malentendidos y desacuerdos económicos.

Es tan común romper la relación por esta situación monetaria, que se ha acuñado la frase: cuando el dinero sale por la puerta, el amor se va por la ventana.

El primer impulso de ella, de él, o de los dos, es identificarse con esta máxima y aplicar una rápida escapatoria.

Pero las personas que nos gusta ir contra corriente, luchamos un poco más, encontrando maneras de solucionar el problema.

¿Qué hacer cuando vienen “las malas” en nuestra relación de pareja?

 

La pérdida de empleo: se trata de un sismo que impacta al interior de la familia. Sin embargo, las estadísticas muestran que todas las personas nos enfrentamos a un despido al menos una vez en la vida.

Si esto es tan común, no hay razón para hacer un drama, sentirnos fracasados o perder la ilusión de trabajar.

En la actualidad, es normal tener más de un trabajo o saltar de uno a otro. Un despido es parte de nuestro desarrollo laboral lo cual nos abre nuevas perspectivas.

Sea lo que sea, hay que actuar de inmediato. Enfrentar la palabra “despido” o “pérdida de empleo” de una vez y pasar la página.

Una indemnización sostiene la economía por un tiempo, así como tener el fondo de emergencia. Los expertos recomiendan que éste debe incluir al menos seis meses del valor del gasto familiar. Si se gasta 1000 dólares al mes, debe haber seis mil dólares en dicho fondo.

Además, es importante que nuestra pareja mantenga su empleo mientras nosotros nos lanzamos al mercado para conseguir trabajo. Puede que en principio sea una ocupación temporal para mantener los ingresos en alto. La pareja está ahí para ayudar “en las malas”, ofreciendo soporte e ideas para avanzar.

Vender empanadas en la esquina o directamente a la base de amigos y conocidos, es una opción. La valentía que eso conlleva tiene un premio al final del camino y es que nos hace más fuertes para enfrentar la vida y los futuros empleos.

Según Juan Diego Gómez, experto financiero y empresario exitoso, lo mejor que le pasó en la vida fue que lo despidieran porque encontró el verdadero rumbo de su vida.

 

La quiebra del negocio: lo primero es que hay que hacer es tranquilizarse y evaluar los daños. Además de la quiebra, ¿hay deudas pendientes?

Enfrentar a los acreedores es lo más sensato porque se minimiza el estrés y la ofuscación.

Ofrecer un plan de pago real a cada uno de ellos y a los colaboradores, es el paso siguiente.

Como empresario, es momento de poner cabeza fría y empezar de nuevo.

Casa adentro hay que aplicar la austeridad. Y adoptar este valor para la vida pues así lo exige el planeta y el sentido común.

La pareja y los hijos son importantísimos en este momento para colaborar con el reajuste. Está comprobado que quienes han pasado por esta situación, maduran positivamente y encuentran nuevas alternativas para su vida.

Si hay unión familiar durante el problema financiero, todos crecerán en orgullo y nunca nadie podrá separarlos.

 

Recordatorios de pago, llamadas de acreedores, descontrol: casi todas las familias han tenido que enfrentar cosas como:

Nos bloquearon la tarjeta. Me niegan un sobregiro. No hay plata para ningún gusto. Pague, pague, pague.

Son banderas rojas que no pueden ser ignoradas y que muestran un problema: existe sobreendeudamiento.

Es momento de sentarte en un sillón con tu pareja y analizar las señales que te llevaron al sobreendeudamiento:

  • Gastamos sin registrar a dónde va el dinero.
  • Usamos crédito para comprar comida y pagar servicios básicos.
  • Sacamos un crédito para pagar otros.
  • Usamos los ahorros para pagar deudas.
  • Dejamos de pagar unas deudas para cumplir otras.
  • Nuestros ingresos se van en pago de deudas.
  • Solo pagamos el mínimo de la tarjeta.

Hay mucho trabajo por hacer y en lugar de salir corriendo por la ventana hay que:

  1. Parar de gastar.
  2. No endeudarse más.
  3. Controlar y registrar cada gasto necesario. Cortar los deseos, gustos, lujos.
  4. Hacer un plan de pago hablando con cada institución financiera.
  5. Buscar más ingresos.

Fuente: welcometothejungle.com – cuidatufuturo.com

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