Mito y Realidad

Crédito General

Autora: Lourdes Hernández

 

Un mito es una historia imaginaria que altera la realidad. A veces los mitos tienen más credibilidad que las cosas reales.

Por ejemplo, hay mitos en la economía que no son del todo ciertos:

  • El precio refleja el valor.
  • Los inmigrantes nos roban el trabajo.
  • El cliente siempre tiene la razón.

El mito de “pasar bajo la escalera da mala suerte” no lo es tal, pero hay que evitarlo porque te puede salpicar pintura.

¿Qué mitos hay sobre aspectos de la información crediticia y el buró, y cuál es la realidad?

El más común:

MITO: Es malo estar en el buró.

REALIDAD: Me beneficia estar en el buró con buen historial crediticio pues tengo acceso a crédito.

El crédito lo vamos a necesitar toda la vida. De jóvenes para la universidad y la maestría, para nuestra vivienda. Después para un vehículo, un negocio, la educación de los hijos.

Es importante ir diseñando nuestra hoja de vida crediticia con el fin de tener siempre crédito en mejores condiciones. ¿Y cómo se refleja esa trayectoria de buen pagador-a? Pues en el buró.

Aquí hay otro mito: mi historial crediticio puede verse afectado por el de mi cónyuge. Cada persona tiene su propio historial crediticio y su propio score. Sin embargo, hay instituciones financieras y casas comerciales que en sus modelos incluyen el perfil del cónyuge.

El consejo sería mantener al día los pagos, cuidar mutuamente las finanzas en el hogar y tener los dos un buen perfil crediticio.

A continuación, otros mitos que nos distraen de la realidad:

MITO: No afecta tener una cuota en mora en una casa comercial o telefónica.

REALIDAD: Todo crédito atrasado, por pequeño que sea, puede afectar al score.

MITO: Debo dar prioridad al pago de las deudas con bancos y cooperativas.

REALIDAD: Todos nuestros compromisos debemos cumplir. Todas nuestras deudas son prioritarias.

MITO: Cualquiera puede averiguar mi situación crediticia.

REALIDAD: Solo con autorización del titular, hay acceso a la información crediticia.

MITO: El buró entrega toda mi información financiera.

REALIDAD: El buró obtiene y entrega únicamente información crediticia.

MITO: Tengo derecho al crédito.

REALIDAD: Que nos den crédito es una definición de cada acreedor.

MITO: Mi información crediticia está desactualizada.

REALIDAD: Todos los meses se actualiza la información crediticia, también el score.

MITO: En el reporte de crédito consta la información de los garantes.

REALIDAD: Por norma, la información de lo que yo garantizo no es parte de mi reporte.

MITO: Me negaron el crédito por mi historial crediticio.

REALIDAD: El historial de crédito es uno de los varios factores que se analizan. Adicionalmente se evalúan: garantías, condiciones, destino del crédito, plazo, reciprocidad, etc.

MITO: Tener un buen score no me beneficia.

REALIDAD: Un buen score nos da acceso a crédito en mejores condiciones.

MITO: Si solo me atraso unos pocos días no afecta mi historial de crédito.

REALIDAD: Cualquier atraso incumple con nuestros compromisos y afecta nuestro historial.

 

 

Los jóvenes y el crédito

Los jóvenes y el crédito

Crédito General

Autora: Ana María Velasco

El crédito es necesario en todas nuestras etapas de vida. Por más que ahora somos jóvenes y pensemos que el crédito será útil en el futuro como cuando compremos una casa debemos entender que el momento para comenzar nuestra hoja crediticia es hoy. Nuestra hoja de vida crediticia es similar a nuestra hoja de vida académica ¡Mientras antes la vayamos logrando mejor!

¿De qué nos sirve comenzar tan temprano?

El crédito es una herramienta que nos permite cumplir nuestras metas. Estas pueden ser comprar una casa, completar nuestros estudios o incluso emprender. Al tener una hoja crediticia vamos a poder acceder a todos sus beneficios. Algunos de estos incluyen tener acceso a crédito, es decir que cuando lo necesitemos nos lo den. Que nuestro crédito sea aprobado rápido, sin papeleos ni demoras. Que obtengamos nuestro crédito en las mejores condiciones posibles en términos de interés, plazo y condiciones.

Una buena hoja crediticia indica que somos buenos pagadores, responsables y que pueden confiar en nosotros. De esta manera no necesitaremos garantías ni otros requerimientos al momento de cumplir nuestras metas. Al tener un crédito desde tempano vamos a comenzar a crear una buena hoja crediticia y acceder a estos beneficios. Por eso, entre antes comencemos mejor.

¿Cómo puedo comenzar?

La manera más fácil de comenzar a construir una buena hoja crediticia es con una tarjeta de crédito. La tarjeta de crédito es un producto que por su flexibilidad es más fácil de obtener que otros tipos de crédito (hipotecario). Lo cual la convierte en una gran opción para comenzar.

Nosotros los jóvenes somos familiares con el método de pago de tarjeta, ya que cada día es más popular. Por eso, el comenzar a usar una tarjeta de crédito es fácil y conveniente.

La tarjeta de crédito es excelente incluso para ayudarnos a cumplir nuestras metas un poco más cercanas como comprar un nuevo computador. Nos permite pagar a plazos y nos da tiempo para reunir el dinero que no tenemos hoy.

Ojo, es importante que si vamos a sacar un crédito, o en este caso una tarjeta, lo utilicemos con responsabilidad y conciencia. Debemos ser responsables y demostrar que somos buenos pagadores y confiables. El mal manejo de una tarjeta de crédito sería contraproducente y crearía una muy mala hoja crediticia.

Hoy en día hay muchas opciones de tarjetas con beneficios para los jóvenes y los estudiantes. Acércate a tu institución financiera de confianza y pregunta por cual tarjeta es la mejor para ti. Aprovecha de los beneficios que te ofrecen y anímate a comenzar tu hoja crediticia. De esta manera, el crédito será la mejor herramienta para cumplir tus metas.

La familia actual debe buscar la reducción

La familia actual debe buscar la reducción

General

Autora: Lourdes Hernández

La prosperidad ha cambiado su significado. Si antes era crecer hasta el infinito, hoy es decrecer porque el planeta es finito.

Si antes era aumentar hoy es reducir.

Menos es más.

El mismo concepto de felicidad se ha vuelto sutil, transparente y personal, contradiciendo la cultura de la apariencia que se vivió por siglos.

La felicidad también es comunitaria, conformada por mucha gente comprometida con el resto de personas y con el entorno.

Para quienes acojan estas ideas, sugerimos unos pasos hacia la grandeza de la reducción:

Reducir el consumo, la contaminación, los químicos, los envoltorios, los tereques. Reducir el exceso de comida, de palabras, de ropa, de actos sociales, de material impreso y también digital. Tender al minimalismo para ahorrar y abrir espacio para proyectos y metas.

Perseguir la diversidad: las empresas, organizaciones, promueven la diversidad natural de las personas. La ciudad refuerza áreas verdes con especies nativas de plantas y animales, volviéndola caminable, humana. Se exige diversidad a los líderes y urbanistas hacia una comunidad más segura, saludable, viva y atractiva al visitante.

Perseguir la lentitud: naturalizar el espacio público reduce la velocidad. ¿Cómo? Con cortes en las vías, señalización, diseño de curvas, con obstáculos naturales como setos, arbustos, macetas, de bajo costo. En Quito el ejemplo es el barrio La Floresta.

Perseguir la cortesía: fomentar la educación vial de respeto al peatón, a los niños, al adulto mayor o con capacidades especiales. A las bicicletas y patinetas, a las mascotas. No pisar la línea cebra es la exigencia básica; hay que dar paso, ir despacio, evitar el atolondarmiento, el apuro, el texting al usar el vehículo. Evitar el auto para ser parte de la población que camina.

Reducir el estrés, la ansiedad, que son dinámicas destructivas que llevan al colapso. Aprender el slow learning, la regeneración. Preferir el cuidado en lugar del descarte. La integración ante la fragmentación. El descanso sobre la hiper-productividad. La consciencia en lugar de la inercia.

Fuente: @tmb.lab

Cómo disfrutar de tus vacaciones como universitario/a

Cómo disfrutar de tus vacaciones como universitario/a

General Planificación y Presupuesto

Autora: Ana María Velasco

Las vacaciones son el momento más esperado para los estudiantes universitarios. Dos meses donde no tenemos que preocuparnos por ir a clases, estudiar para los exámenes o de sentir estrés. Después de un largo semestre de arduo trabajo lo único que queremos son unos meses de libertad y descanso.
Lamentablemente, para muchos el verano pasa muy rápido y en un abrir y cerrar de ojos ya estamos de vuelta a clases. Sentimos que no descansamos lo suficiente, que no cumplimos todas las metas que nos propusimos y que nos faltó tiempo.

Por eso, aquí hablamos de cómo sacarle provecho y al mismo tiempo disfrutar esta época tan esperada.

1. Ponerse metas
– La primera cosa que debemos hacer para disfrutar al máximo las vacaciones es decidir a que le que le queremos poner nuestra atención. Esto sea viajar, trabajar, explorar un nuevo pasatiempo, etc. Al decidir qué cosas queremos hacer y tener más claro las metas que tenemos para el verano va a ser más fácil cumplirlas y así no vamos a sentir que no hicimos nada.

2. Descansar
– La vida de los universitarios no es fácil. Estamos siempre ocupados, corriendo con clases, proyectos, exámenes y ensayos mientras también tratamos de tener una vida social, un trabajo y más. Por eso es esencial tomarnos el tiempo para darle a nuestro cuerpo un descanso. Dediquemos tiempo a cosas como dormir, leer, ir a la playa, relajarnos, y despejar la mente. De esta manera vamos a estar listos para darle con todo al siguiente ciclo escolar.

3. Divertirse
– Las vacaciones son el momento perfecto para pasarla bien. Es el momento para cumplir nuestros sueños, para invertir ese dinero que tanto hemos trabajado y ahorrado. Utilicemos las vacaciones para viajar, salir con amigos, pasar tiempo con nuestra familia, hacer deportes y más que nada darle tiempo a todas esas cosas que disfrutamos hacer pero estamos muy ocupados para hacerlo en el día a día. No nos olvidemos de disfrutar nuestras vidas y de hacer las cosas que nos gustan.

4. Trabajar
– Una manera productiva de usar este tiempo libre es trabajando. Al aprovechar el verano trabajando vamos a ganar experiencia laboral que nos va a servir para nuestra hoja de vida. De la misma manera si encontramos una pasantía podemos poner en práctica lo que aprendemos en las clases, podemos darnos una idea de cómo va a ser nuestro trabajo en el futuro y de cómo funciona la industria. Al trabajar también vamos a ganar dinero y podremos ahorrar para lo que viene.

5. Aprender algo nuevo
– Utiliza este tiempo para mejorarte a ti mismo y prueba algo que no habías hecho antes. Inscríbete a una clase de algo que te interese. Mira videos en línea de cómo hacer algo que te interesa. Expande tus horizontes, durante el año lectivo estamos constantemente aprendiendo cosas sobre nuestra carrera. Usa este tiempo para salir de lo común y aprende algo que te interese. Nunca es tarde para aprender algo nuevo.

6. Hacer un voluntariado
– Qué mejor manera de usar tu tiempo libre para servir a los demás. Hoy en día hay muchas causas que necesitan de ti, y de tu tiempo. Ser voluntario tiene muchos beneficios más de los que das al ser voluntario. Estos incluyen conectar con gente, conocerte a ti mismo, y mejorar tu hoja de vida.

7. Reflexionar y planificar
– Otra cosa que es importante hacer en las vacaciones es tomarnos el tiempo de reflexionar y planificar el año lectivo que viene. Ejemplos de preguntas que nos pueden ayudar a planificar el regreso a clases son: ¿Cuántas clases voy a tomar? ¿Voy a trabajar? ¿Cuál es mi presupuesto? ¿Cuáles son mis gastos? ¿Cuánto quiero ahorrar? ¿Cómo voy a dividir mi tiempo? ¿En qué debo mejorar? ¿Qué hábitos me funcionaron que voy a continuar haciendo? ¿Cuáles son mis nuevas metas?

4 estrategias de crédito para personas en sus 20s

4 estrategias de crédito para personas en sus 20s

Crédito General

El crédito es un factor importante a la hora de comprar un auto, alquilar un apartamento y obtener los mejores precios en seguros. Pero, establecer un historial de crédito sólido toma tiempo. Establecer buenos hábitos desde el principio es la clave para ayudarte a alcanzar tus metas personales y financieras en el futuro.

Este es un vistazo a cuatro pasos importantes que pueden ayudarte a establecer un historial de crédito sólido si estás iniciando tu vida crediticia.

  1. Paga tus cuentas a tiempo y por completo

El historial de pago representa solo una parte importante de tu puntaje de crédito. Por tanto, recomendamos pagar siempre tus cuentas a tiempo para evitar cargos por pagos atrasados y calificaciones negativas en tu informe de crédito. Aunque las tarjetas de crédito y préstamos aparecen en tu informe de crédito, otros emisores de facturas, como los de servicios públicos y de teléfonos celulares, también reportan historiales de pago (especialmente si tiene pagos atrasados). Así que es importante pagar a tiempo todas tus cuentas.

Lo ideal es que pagues el saldo total cada mes para evitar pagar cargos por intereses. Pero si eso no es posible, asegúrate de pagar al menos la cantidad mínima requerida cada mes. Y si puedes pagar un poco más, esto puede ahorrarte a largo plazo en costos por intereses.

  1. Considera herramientas que te ayuden a establecer el crédito

Si tienes problemas para obtener una tarjeta de crédito, y ese podría ser el caso si no has tenido acceso a crédito, existen algunas opciones que podrían ayudarte a comenzar. Algunos bancos ofrecen tarjetas de crédito diseñadas para ayudar a los estudiantes a establecer crédito, así que busca tarjetas creadas para el uso de estudiantes. Además, considera abrir una cuenta corriente. Aunque esto no necesariamente te ayudará a establecer crédito, el tener una buena relación con una institución financiera podría a la larga ayudarte a obtener un préstamo o incluso tu primera tarjeta de crédito.

  1. No uses todo tu crédito

A los prestamistas no les gusta ver que usas todo tu crédito disponible, aunque lo pagues por completo cada mes. Trata de mantener sus préstamos por debajo del 40% de tu crédito total disponible. A esto se le llama tu tasa de utilización del crédito.

Cómo funciona el crédito disponible:

Límite de tarjeta: $1000

Si gastas: $500

has usado el 50%

Si gastas: $200

has usado el 20%

Por ejemplo, si tienes un límite de crédito de $1.000 y el total de tus cargos es de $500, usas la mitad de tu crédito disponible en esa tarjeta. Si tu saldo es de $200, usas el 20%.

  1. Revisa tu crédito una vez al año

Por lo menos una vez al año, deberías solicitar al buró de crédito tu historial crediticio. Esta es una buena oportunidad para asegurarte de que tus emisores reporten de manera correcta a los burós, y revisar si hay alguna actividad incorrecta.

Usar el crédito prudentemente desde el principio, observando de cerca tu reporte de crédito y pagando tus cuentas a tiempo, pueden ayudare a abrir puertas a nivel financiero y profesional.

Administrar las finanzas de tus padres: 8 pasos útiles para considerar

Administrar las finanzas de tus padres: 8 pasos útiles para considerar

General Planificación y Presupuesto

Tarde o temprano llegará el momento en que tus padres ya no puedan encargarse de tus propias responsabilidades financieras, y puede ser difícil para ellos pedir ayuda, incluso si la necesitan. Pero con una estrategia, puedes trabajar con tus padres poco a poco y lograr que el proceso sea lo más cómodo posible. Aquí se presentan ocho pasos para hacerte cargo de la administración de las finanzas de tus padres.

1. Inicia la conversación con anticipación
Es posible que tome algún tiempo hasta que tus padres necesiten ayuda, pero comienza la conversación ahora. Por ejemplo, considere hablar con tus padres sobre quién se encargará de sus asuntos si surge algún problema. Se que tus padres den un consentimiento escrito por adelantado a un miembro de la familia designado para que pueda tratar los asuntos personales y financieros.
Iniciar un diálogo te ayudará a comprender su panorama financiero, y tendrás un mejor entendimiento de tu nivel de participación a largo plazo.

2. Haz cambios graduales en la medida de lo posible
En lugar de apresurarte a encargarte de las finanzas de tus padres, aumenta tu ayuda poco a poco según sea necesario. Por ejemplo, si has tomado la responsabilidad de hacer los pagos de servicios, comiencen por hacerlo juntos. Este tipo de estrategia gradual y sensible les permite a ellos (y a ti) tener tiempo para acostumbrarse a los nuevos arreglos.

3. Haz un inventario de los documentos financieros y legales
Haz una lista de los contactos de tus padres, números de cuenta y lugares donde guardan los documentos legales, como partidas de nacimiento, pólizas de seguro, escrituras y testamentos. Comprueba que todo esté vigente y actualizado, y que todas las cuentas estén en regla. Ya sea que estés reuniendo esta información o anotando el lugar donde tus padres la han guardado, asegúrate de que cualquier información confidencial esté en un lugar seguro.

4. Simplifica las cuentas y encárgate de las tareas financieras
Una vez que todo esté organizado, observa detenidamente cualquier ingreso que tus padres tengan, como de jubilación o de ahorros. Asegúrate que este dinero vaya a sus cuentas bancarias y que no lo estén recibiendo en efectivo. Si pagar cuentas es estresante para ellos, considera establecer pagos de cuentas en línea para que todo se pague automáticamente cada mes.

5. Considera hacer un poder legal
Un poder legal es un documento, firmado por un adulto con plenas facultades mentales, que confiere a otra persona el derecho de tomar decisiones en su nombre. Existen diversos tipos de poderes legales, que abarcan la toma de decisiones financieras, médicas o generales, y se pueden otorgar temporalmente, limitados a determinadas circunstancias o más amplios. Llevar a cabo un poder legal con tus padres asegura que tengas la autoridad legal para tomar decisiones importantes cuando ellos no lo puedan hacer.

6. Comunica y documenta lo que estás haciendo
Mantén informados a tus seres queridos sobre lo que está sucediendo, especialmente a tus hermanos. Los familiares pueden ser una valiosa fuente de apoyo, y una buena vía de comunicación puede disminuir el riesgo de malentendidos. Manejar las finanzas de tus padres de edad avanzada puede ser agotador, pero no necesitas hacerlo solo.

7. Mantén tus finanzas separadas
No es una buena idea mezclar tus finanzas con las de tus padres, aunque parezca conveniente. Utilizar tu dinero para ayudar a tus padres puede ser una pendiente peligrosa, y siempre deberías mantener tus activos y fondos personales separados. Es importante que no ponga en riesgo tus propias metas de jubilación o de ahorros al ayudar a tus padres.

8. Reconoce las señales
Si has hablado con tus padres con anticipación, seguramente tienes un plan preparado de cómo ayudarlos cuando lo necesiten. Pero saber cuándo es apropiado o necesario intervenir puede ser un desafío. Estas señales pueden darte un indicio.
– Compras inusuales: presta atención si tus padres de pronto compran cosas que no van de acuerdo con sus necesidades o a su estilo de vida, o si comienzan a participar en varios concursos o sorteos. Este comportamiento puede salirse rápidamente fuera de control, y con frecuencia las personas de edad avanzada son vulnerables a las estafas
– Siempre se quejan acerca del dinero: desde decir que no tienen dinero suficiente hasta evitar actividades que ellos creen que los priva de algo, si tus padres únicamente hablan de dinero cuando estás con ellos, esto podría indicar que hay un problema.
– Complicaciones físicas: la pérdida de la vista puede hacer que sea difícil manejar al banco, y la artritis puede causar que hacer cheques o firmar papeletas sea una tarea dolorosa. Si crees que algunas actividades se están convirtiendo en un desafío, puede ser una señal de que necesitan ayuda.
– Problemas de la memoria: pausas cognitivas, desde no saber qué fecha es hasta no recordar dónde se escribe la cantidad en un cheque, pueden ser un gran indicador de que es hora de intervenir y ayudar.

Administrar las finanzas de tus padres: 8 pasos útiles para considerar

Administrar las finanzas de tus padres: 8 pasos útiles para considerar

General Planificación y Presupuesto

Tarde o temprano llegará el momento en que tus padres ya no puedan encargarse de tus propias responsabilidades financieras, y puede ser difícil para ellos pedir ayuda, incluso si la necesitan. Pero con una estrategia, puedes trabajar con tus padres poco a poco y lograr que el proceso sea lo más cómodo posible. Aquí se presentan ocho pasos para hacerte cargo de la administración de las finanzas de tus padres.

1. Inicia la conversación con anticipación
Es posible que tome algún tiempo hasta que tus padres necesiten ayuda, pero comienza la conversación ahora. Por ejemplo, considere hablar con tus padres sobre quién se encargará de sus asuntos si surge algún problema. Se que tus padres den un consentimiento escrito por adelantado a un miembro de la familia designado para que pueda tratar los asuntos personales y financieros.
Iniciar un diálogo te ayudará a comprender su panorama financiero, y tendrás un mejor entendimiento de tu nivel de participación a largo plazo.

2. Haz cambios graduales en la medida de lo posible
En lugar de apresurarte a encargarte de las finanzas de tus padres, aumenta tu ayuda poco a poco según sea necesario. Por ejemplo, si has tomado la responsabilidad de hacer los pagos de servicios, comiencen por hacerlo juntos. Este tipo de estrategia gradual y sensible les permite a ellos (y a ti) tener tiempo para acostumbrarse a los nuevos arreglos.

3. Haz un inventario de los documentos financieros y legales
Haz una lista de los contactos de tus padres, números de cuenta y lugares donde guardan los documentos legales, como partidas de nacimiento, pólizas de seguro, escrituras y testamentos. Comprueba que todo esté vigente y actualizado, y que todas las cuentas estén en regla. Ya sea que estés reuniendo esta información o anotando el lugar donde tus padres la han guardado, asegúrate de que cualquier información confidencial esté en un lugar seguro.

4. Simplifica las cuentas y encárgate de las tareas financieras
Una vez que todo esté organizado, observa detenidamente cualquier ingreso que tus padres tengan, como de jubilación o de ahorros. Asegúrate que este dinero vaya a sus cuentas bancarias y que no lo estén recibiendo en efectivo. Si pagar cuentas es estresante para ellos, considera establecer pagos de cuentas en línea para que todo se pague automáticamente cada mes.

5. Considera hacer un poder legal
Un poder legal es un documento, firmado por un adulto con plenas facultades mentales, que confiere a otra persona el derecho de tomar decisiones en su nombre. Existen diversos tipos de poderes legales, que abarcan la toma de decisiones financieras, médicas o generales, y se pueden otorgar temporalmente, limitados a determinadas circunstancias o más amplios. Llevar a cabo un poder legal con tus padres asegura que tengas la autoridad legal para tomar decisiones importantes cuando ellos no lo puedan hacer.

6. Comunica y documenta lo que estás haciendo
Mantén informados a tus seres queridos sobre lo que está sucediendo, especialmente a tus hermanos. Los familiares pueden ser una valiosa fuente de apoyo, y una buena vía de comunicación puede disminuir el riesgo de malentendidos. Manejar las finanzas de tus padres de edad avanzada puede ser agotador, pero no necesitas hacerlo solo.

7. Mantén tus finanzas separadas
No es una buena idea mezclar tus finanzas con las de tus padres, aunque parezca conveniente. Utilizar tu dinero para ayudar a tus padres puede ser una pendiente peligrosa, y siempre deberías mantener tus activos y fondos personales separados. Es importante que no ponga en riesgo tus propias metas de jubilación o de ahorros al ayudar a tus padres.

8. Reconoce las señales
Si has hablado con tus padres con anticipación, seguramente tienes un plan preparado de cómo ayudarlos cuando lo necesiten. Pero saber cuándo es apropiado o necesario intervenir puede ser un desafío. Estas señales pueden darte un indicio.
– Compras inusuales: presta atención si tus padres de pronto compran cosas que no van de acuerdo con sus necesidades o a su estilo de vida, o si comienzan a participar en varios concursos o sorteos. Este comportamiento puede salirse rápidamente fuera de control, y con frecuencia las personas de edad avanzada son vulnerables a las estafas
– Siempre se quejan acerca del dinero: desde decir que no tienen dinero suficiente hasta evitar actividades que ellos creen que los priva de algo, si tus padres únicamente hablan de dinero cuando estás con ellos, esto podría indicar que hay un problema.
– Complicaciones físicas: la pérdida de la vista puede hacer que sea difícil manejar al banco, y la artritis puede causar que hacer cheques o firmar papeletas sea una tarea dolorosa. Si crees que algunas actividades se están convirtiendo en un desafío, puede ser una señal de que necesitan ayuda.
– Problemas de la memoria: pausas cognitivas, desde no saber qué fecha es hasta no recordar dónde se escribe la cantidad en un cheque, pueden ser un gran indicador de que es hora de intervenir y ayudar.

Conoce sobre el preahorro

Conoce sobre el preahorro

Ahorro General

El preahorro es un método para ahorrar dinero que intenta ofrecer una alternativa al modo de ahorro tradicional. La mayoría de las personas tienen el hábito de recibir unos ingresos, afrontar una serie de gastos y a final de mes considerar como ahorro la cantidad que ha quedado sin gastar. El preahorro propone justo lo contrario: ahorrar antes de empezar a gastar.

La fórmula es sencilla: cada mes, cuando recibes tu sueldo, el dinero que se deseas ahorrar se manda a otra cuenta diferente. De tal forma, esa cantidad de dinero no está nunca disponible en la cuenta de uso diario y no es necesario hacer un esfuerzo para no gastarlo.

Por ejemplo, si una persona gana $1.500, puede definir con su banco para que transfiera todos los meses $100 a otra cuenta. Así no lo tendrá disponible a la vista y sujeto a la tentación de gastarlo. O lo que es lo mismo, se empieza el mes con los deberes hechos y se acaban las excusas de que los gastos se han comido los ingresos y no hay manera de ahorrar.

 

¿Qué esfuerzo requiere preahorrar?

A las personas nos cuesta un montón proyectarnos y conectar con las necesidades que tendrá nuestro yo futuro, buscamos gratificaciones inmediatas, infravalorando los beneficios futuros. Y ante la elección entre una hipotética ventaja futura y una gratificación inmediata, los seres humanos tendemos a quedarnos con el aquí y el ahora.

Para combatir este ‘sesgo del presente’ y conseguir que el ahorro duela menos, se recomienda precisamente el método del preahorro. Es más fácil comprometerse a algo hoy que es doloroso pero que sucederá mañana que con algo que va a suceder inmediatamente.

Una vez tomada la decisión, el preahorro pasa a ser un gasto fijo más y no queda más remedio que acostumbrarnos al nuevo estatus financiero, adaptando el resto de los gastos y reduciendo aquellos desembolsos que no sean realmente necesarios.

En definitiva, como el dinero no llega al bolsillo, quienes siguen esta tendencia no tienen que hacer ningún esfuerzo para ahorrarlo. Simplemente, se han acostumbrado a un nivel de vida un poco más bajo que el que les permitirían sus ingresos.

 

¿De cuánto puede ser el preahorro?

No hay una respuesta única. Cada caso es un mundo y una persona podrá preahorrar solo $50 al mes y otra se sentirá cómoda con $300. En cualquier caso, siempre es recomendable hacer previamente un pequeño examen a nuestras finanzas personales para hacer una estimación inicial de nuestra capacidad real de ahorro.

Lo primero es calcular bien los ingresos fijos de que se dispone, teniendo en cuenta que muchas veces no solo se recibe un salario mensual, sino que una persona puede tener otras entradas de dinero como pueden ser un alquiler, la rentabilidad de productos financieros o, por ejemplo, algún tipo de comisión o derechos de autor. Todo suma.

Luego toca la parte más importante: reflexionar sobre las necesidades que tenemos o, mejor dicho, que creemos que tenemos y revisar si todos los gastos fijos periódicos son realmente imprescindibles. A eso hay que sumar un fondo para imprevistos y otro para gustos y ya es posible tener una idea clara de cuál es la situación financiera y la capacidad para preahorrar.

Lo cierto es que el preahorro dependerá de las circunstancias de cada persona o familia y sus metas. Estos pueden ser a corto plazo para, por ejemplo, comprar un auto sin recurrir a un préstamo financiero, disfrutar de un gran viaje o afrontar la entrada de una vivienda. Pero generalmente uno asume el hábito de preahorrar con visión de largo plazo, para gozar de una buena salud financiera en el futuro, ya sea para complementar la pensión de jubilación o, incluso, para alcanzar la llamada libertad financiera.

 

Fuente: BBVA

Laboriosidad, la clave del éxito

Laboriosidad, la clave del éxito

General

Autora: Lourdes Hernández

Una de las actividades en la que más tiempo invertimos es en el trabajo. De las 24 horas, ocho dedicamos a dormir, ocho a actividades personales y ocho a trabajar. Al menos así debería ser una vida balanceada.

El trabajo tiene una relación total con nuestra vida. Si desde los 18 a los 65 años más o menos, dedicamos tantas horas diarias a éste, debemos tratar de:

  1. Aprovechar, crecer y ser felices en esa actividad.
  2. Obtener frutos para construir nuestro patrimonio familiar para que nuestros ingresos no se hagan agua.

Razones para descuidar el trabajo:

No es lo mío:

Mucha gente trabaja en el oficio que le den, que no necesariamente es su pasión. Debemos pensar que así son las cosas y hay que cuidar ese trabajo porque es una fortuna tenerlo. Ya llegará el momento de cambiar a lo que nos apasiona o, tal vez, encontremos pasión en la labor actual.

Me explotan:

El horario laboral es de ocho horas. Cuando se supera este tiempo, se debe pagar horas extras a menos que desde el inicio se haya acordado extender ese horario. Durante la pandemia y poco después, las empresas se vieron en la necesidad de recortar personal, de extender las horas laborales y de cubrir la pérdida con más trabajo. En la actualidad, algunas mantienen el teletrabajo que beneficia a las dos partes, y se exige que actividades, llamadas, envío de mails, no salgan del horario laboral.

No tengo la virtud de la laboriosidad:

Tal vez hemos oído la palabra mística. Tener mística es tener devoción por lo que se hace. Ser laborioso incluye esa mística y el dar un poco más cada día, cumplir a cabalidad con lo asignado y mantener la concentración en las tareas. Si no reforzamos estas virtudes y abandonamos el enfoque, comenzamos a divagar, olvidamos cuál fue el objetivo de nuestra función y la incumplimos.

Lo que está a nuestro cargo se retrasa. Incluso incurrimos en el riesgo -mayor o menor- de que el producto o servicio que manejamos se vaya deteriorando, así como nuestro prestigio. Poco a poco nos van quitando responsabilidades y podemos recibir una amonestación o llegar al despido.

Lo que es bueno, cuesta. Refuerza la laboriosidad y la mística y verás buenos resultados.

Siento que no progreso:

Lo primero que hay que hacer en este caso es plantear ideas a tu supervisor. Se puede ser intra-emprendedor, es decir crear negocios, proyectos, programas dentro del sitio en que trabajas. En caso de que no te dejen crear o tus ideas no son tomadas en cuenta, empieza a diseñar tu propio negocio y cuando lo tengas armado, busca un empleo que esté en esa línea, para que practiques lo que vas a aplicar en tu empresa. Y luego sí, a volar y progresar.

Otras razones para desmotivarnos:

  • Me pagan menos de lo que merezco.
  • Mi jefe es insoportable.
  • Mis colegas no colaboran.

Si tienes laboriosidad y mística, encontrarás un mejor empleo porque una persona con esas virtudes brilla y es cotizada.

La mujer del pescador y las lecciones que aprendió

La mujer del pescador y las lecciones que aprendió

General

Autora: Lourdes Hernández

Todos conocemos el cuento del pescador y su mujer. Ella le exige que vaya donde el pecesito mágico al que dejó en libertad y le pida una mansión, luego un castillo y por último ser reina del sol y la luna.

Este cuento y su desenlace nos deja varias lecciones:

 

La ambición no tiene límites.

Hay que ambicionar momentos felices, ambicionar aprendizajes, pero si ésta se convierte en codicia y no hay dinero ni bienes que nos satisfagan, nuestra existencia se vuelve dolorosa. Tratemos de tener control de nuestra ansiedad, no poner expectativas en otros y disfrutar de la mejora paulatina de nuestra economía, intelecto y espiritualidad.

La insatisfacción enferma.

Nos dispersamos soñando en lo que podríamos llegar a tener, en lugar de vivir el presente y disfrutar de cada momento. Si vivimos tristes, con envidia de lo que tienen los demás, corremos el peligro de caer en depresión. Esta enfermedad en estado crónico puede provocar la incapacidad total de la persona.

Exigir al otro de forma irracional, lo lleva al despeñadero.

El pescador en su bondad dejó libre al pez que se lo pidió. La bondad es el bien más preciado que tenemos. En un mundo en que la maldad crece, ser bueno es ir contra corriente, actuar bien nos da paz y tranquilidad a corto, mediano y largo plazo.

Exigir sin medida a la pareja o a los hijos, puede provocar desesperación, actos ilegales, enfermedad y en casos extremos, suicidio.

Mi felicidad no está en la vida de las celebridades.

Copiar a la princesa, querer ser un emperador, no nos dará felicidad. Si preguntamos a nuestros hijos: ¿quieren ir a vivir con la familia de la casa vecina? nos van a responder que no. Si les preguntamos ¿quieren tener otro nombre y apellido? nos van a responder que no. Las celebridades positivas nos inspiran para ser mejores. Pero no soñemos en vivir sus vidas.

La felicidad está bajo nuestro techo.

Una vez los dioses decidieron esconder la felicidad en la tierra, pero tenían miedo de que los hombres la descubrieran. Entonces a uno de ellos se le ocurrió esconderla dentro de cada persona, porque, según dijo, nunca miran en su interior.

Miremos dentro de nosotros y de nuestra casa, pues allí está la felicidad. Hay que agradecer lo que tenemos y el lugar en el que estamos. Logremos prosperar con abundancia y orden en nuestras finanzas, sin impactar en el entorno natural, viviendo experiencias compartidas con los que más queremos.

 

Este cuento de los Hermanos Grimm termina de la forma menos esperada: el pescador y su mujer vuelven a vivir hasta el final de sus días en su casucha miserable. Algunas versiones cuentan que ella aceptó la situación con resignación y hasta alegría.