8 maneras inteligentes de gastar tu bono de fin de año

8 maneras inteligentes de gastar tu bono de fin de año

Si esperas recibir una bonificación de fin de año, haz un plan para destinar parte de los fondos a tu disfrute y el resto a tus objetivos financieros.

Considera si quieres dar prioridad al pago de deudas, acumular ahorros para emergencias o invertir en objetivos y experiencias a largo plazo.

A continuación, te ofrecemos algunas formas inteligentes de utilizar tu bono de fin de año para ayudarte a terminar el año con fuerza y estar listo para empezar el nuevo año con pie derecho.

  1. Date un pequeño capricho.

Podrías gastar todo tu bono en objetivos financieros, pero también es importante disfrutar del presente. Tu arduo trabajo merece una recompensa, siempre y cuando no cause estragos en tu presupuesto. Así que, si sientes que es el momento adecuado para darte un capricho, toma una parte de tu bonificación y gástala en algo que desees ahora.

De hecho, aunque parezca contradictorio, gastar parte de tu bonificación hoy también podría ahorrarte dinero a largo plazo. Piensa en ello como si fuera una dieta: si te privas de comer tus alimentos favoritos, podrías sentir la tentación de excederte comiendo helado. El mismo principio se aplica a un presupuesto demasiado austero: centrarse demasiado en ahorrar y vivir con frugalidad puede, en realidad, aumentar tu estrés.

  1. Crea tu fondo de emergencia

En general, es buena idea tener ahorrados unos seis meses de gastos en un lugar seguro, como una cuenta de ahorros de alto rendimiento. Si aún no has llegado a esa cifra, considera utilizar parte de su bonificación para reforzar tu fondo de emergencia. Si estás tratando de saldar una deuda, tómate un tiempo para determinar si debes cancelar la deuda o crear primero tu fondo de emergencia.

  1. Paga las deudas de tu tarjeta de crédito

Si uno de tus objetivos es avanzar en el pago de su deuda, destinar tu bonificación a cancelar tu saldo podría ahorrarte mucho dinero en forma de futuros pagos de intereses.

  1. Reduce otros préstamos

Comprender la diferencia entre «deuda buena» y «deuda mala» es un componente clave de una buena salud financiera. La deuda de las tarjetas de crédito se suele considerar deuda mala porque suele tener tasas de interés elevados y rara vez ayuda a alcanzar la estabilidad financiera. Sin embargo, otros tipos de deuda, como los préstamos estudiantiles y las hipotecas, se consideran deuda buena porque contraerlos puede ayudarle a alcanzar importantes objetivos de vida.

Sin embargo, realizar pagos adicionales en cualquiera de tus préstamos, si puedes, es beneficioso porque significa que deberás menos intereses en total, sin mencionar que es bueno para tu tranquilidad.

  1. Haz rendir tu dinero con inversiones

Si eres nuevo en el mundo de las inversiones, considéralo como una forma de hacer rendir tu bono en lugar de dejarlo sin utilizar. A diferencia del efectivo o las cuentas de ahorro tradicionales, que tienden a perder poder adquisitivo a medida que aumenta la inflación, las inversiones tienen el potencial de aumentar su valor y superar el aumento de los costos. Mientras que el ahorro suele estar vinculado a objetivos a corto plazo, la inversión puede ser una forma eficaz de generar riqueza a lo largo del tiempo.

Los tipos de inversiones más comunes son los fondos de inversión, las acciones y los bonos, pero cuáles elijas y cuánto asignes a cada uno dependerá en gran medida de tu perfil de riesgo individual. Un asesor financiero puede ayudarte a diseñar una estrategia de inversión con la que te sientas cómodo y que tenga en cuenta tu situación financiera global y tus objetivos a largo plazo.

  1. Ahorra para tu futuro

Ahorrar para la jubilación o la universidad de tus hijos puede parecer algo muy lejano, pero precisamente por eso es importante empezar ahora. Cuanto más tiempo tengas, más te beneficiarás del interés compuesto, lo que permitirá que tu dinero crezca exponencialmente a lo largo de los años.

Si no estás seguro de poder ahorrar tanto para tu jubilación como para los gastos universitarios de tus hijos, debes dar prioridad a tu jubilación; al fin y al cabo, puedes pedir un préstamo para la educación, pero no para tus años dorados.

  1. Ahorra para un objetivo significativo

Ya sea que estés tratando de ahorrar para el pago inicial de una casa o quieras remodelar tu cocina, ahorrar para un proyecto a corto plazo puede ser motivador. Destinar tu bonificación a un fin específico puede dar un impulso a tus ahorros e inspirarte a separar una pequeña cantidad de cada sueldo para alcanzar tu objetivo más rápidamente.

  1. Planea unas vacaciones, en lugar de irte de compras

Claro, comprar un par de zapatos elegantes o un televisor de pantalla grande puede hacerte feliz hoy. Pero antes de gastar tu dinero en bienes materiales, considera que muchas personas obtienen más felicidad al gastar dinero en experiencias que en cosas. Las vacaciones son una excelente manera de crear recuerdos con amigos o familiares mientras te relajas y recargas energías; además, la anticipación puede ser una gran parte de la diversión.

 

Fuente: NorthWestern Mutual

General Planificación y Presupuesto

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